Querida amiga mía:
Esta carta se hace carne, recorre mi cuerpo un fuego, brota de mis entrañas y emana en amargas lágrimas.
Yo no se si vamos a estar juntas para toda la vida, pero estoy aquí, ahora. Y tu dolor es mi dolor, tus alegrías son las mías y tus derrotas mi desesperación.
No hay mejor victoria que aquella del que se levanta, esta vida es una guerra, este día fue solo una batalla perdida, a pesar de todo aquí estas.
Amiga mía, tú eres agua, eres inmensa y basta como el océano, tú eres vida, tú eres lo que busca el viajero después de vagar por titánicos desiertos, eres lo que bebo y de ti me alimento, caes de las montañas y afloras los valles, amiga mía tu eres aquella que de a poco erosiona la roca y da vida, eres el ochenta por ciento de mi cuerpo.
Amiga mía, es tarde vamos a cambiarnos y estar listas, que la tempestad es fuerte pero solo al yuyo tuerce.
te ama
Emanuel L.D
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