jueves, 11 de noviembre de 2010

"Peronismo, filosofía política de una obsitanación argentina"

El peronismo sigue y hay que seguirlo de cerca. O retroceder y tomarle distancia. Tratarlo con frialdad. Como a un objeto de estudio, arisco y feroz. Lleno de sonido y de furia. Diferente esquivo, no único, pero sin duda específico. Priva en él más la diferencia que el paralelismo con otros partidos de otros países. No es el varguismo. Todavía no es el PRI. No es –aunque tanto se empeñan en que lo sea– el fascismo. Ni menos aún esa pestilencia alemana que entre alientos nietzscheanos, invocaciones a la “bestia rubia” y a las “aves de rapiña”, a la pureza de la raza, a la biología de los héroes o a la respuesta creativa del Dasein comunitario a la técnica como caída (en Heidegger) se llamó nacionalsocialismo. Hay grandeza y profundas miserias en el peronismo. Hay demasiados muertos. Hay un plus de historicidad. Hay una historia desbocada. Hay líderes (sobre todo uno), hay mártires (sobre todo una), hay obsecuentes, alcahuetes, hay resistentes sindicales, escritores combativos, está Walsh, Ortega Peña, está Marechal, están Urondo y Gelman, están asesinos como Osinde y Brito Lima, fierreros sin retorno como el Pepe Firmenich, doble agente, traidor, jefe lejano del riesgo, del lugar de la batalla, jefe que manda a los suyos a la muerte y él se queda afuera entre uniformes patéticos y rangos militares copiados de los milicos del genocidio con los que por fin se identificó, hay pibes llenos de ideales, hay más de cien desaparecidos en el Nacional de Buenos Aires, está Haroldo Conti, muerto, Héctor Germán Oesterheld, muerto, Roberto Carri, muerto, y hasta Aramburu, muerto, está la opacidad de una historia de opacidades, de odios, venganzas, horrores, está la OAS, Henry Kissinger, el comisario Villar, formado en la Escuela de las Américas, cana puesto y avalado por Perón, el gran indescifrable, el Padre Eterno, el ajedrecista genial, el que volvería en el avión negro y volvió viejo y volvió malo, y le dio manija a López Rega, de cuya paranoia asesina no podía decirse inocente, porque nadie desconoce lo que tiene tan cerca, y si a eso que tan cerca tiene le da espacio y le deja las armas, y encima se muere y sabe que se muere y lo deja fuerte, consolidado, porque de cabo lo ascendió, en acto macabro y doloroso, a comisario general de la policía, y si a la mediocre y manipulable y matarife del cabarute la deja de vice, sabiendo, como sabía, que ella no era ella, que Daniel, el Brujo umbandista, la dominaba, le susurraba los discursos porque era él el que los había escrito, porque era él el que habría de ponerle las listas, el que habría de decirle hay que matar a éste, Chabela, y a éste y a todos los infiltrados marxistas de la juventud y a los combatientes de la guerrilla, hay que dar palo porque el quebracho es duro, y si esto, al Viejo general, le deteriora el prestigio, le erosiona el recuerdo, la memoria de los mejores años, de los años felices, del 53% por ciento del Producto Bruto Interno para los pobres, de las nacionalizaciones, del artículo 40, del Pulqui, del Estado generoso, del Bienestar estatal, del keynesianismo desbordante, de los sindicatos, de los abogados de los sindicatos, del Estatuto del Peón, de las vacaciones pagas, de la entrega de Evita hasta el aliento postrero, mala suerte, general, usted se lo buscó, vino y no tenía salud para venir, al ajedrez se juega de afuera, en política al menos, el Mago para ser Mago de la Historia, para ser Mito y Esperanza tiene que estar lejos, manejar los hilos desde la distancia, desde arriba, manejar las contradicciones sin ser una de ellas, pero si el Mito regresa el Mito se historiza, ya no maneja las contradicciones, él, ahora, es una más y tiene que tomar partido, y la historia se lo come, mito que regresa pierde porque ya no puede sermito, el avión negro regresó y llegó entre el estruendo de las balas y los gritos de los muertos y los torturados y aterrizó en Morón, lejos del pueblo, en medio de los asesinos...

fragemento del prólogo de "Peronismo, filosofía política de una obsitanación argentina"

Muy buen libro...

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